Capítulo
. Prefacio a esta edición castellana
. Prólogo
1. El porqué de la pobreza y el dolor
2. La compasión de Cristo hacia el sufrimiento humano
3. Isaías 58: un precepto divino
5. La parábola del buen Samaritano
6. Nuestro ejemplo en la obra de asistencia social
7. Las visitas: El modelo del Nuevo Testamento
8. Las sociedades de beneficencia dorcas: Su obra y su influencia
9. Diferentes formas de dar el evangelio a los vecinos
10. Bondad: la llave que abre los corazones
12. La eficacia de las visitas misioneras
13. La organización de la iglesia para la asistencia social
14. En las pisadas del maestro
15. La obra de asistencia social en los hogares
16. La preparación para las crisis y desastres de los últimos días
17. Las mujeres llamadas a servir
18. Requisitos para la obra de las mujeres
19. La influencia de las mujeres cristianas
20. La obra en favor de los pobres
23. Ayudad a los pobres a ayudarse a si mismos
24. Los pobres deben ejercer la benevolencia
25. Nuestro deber hacia los desventurados
26. Ayuda y aliento a las viudas
27. El cuidado de los huérfanos
29. El cuidado de los ancianos
30. Nuestra responsabilidad hacia los ciegos
31. El trabajo en favor de los desheredados
32. Precauciones que deben observarse cuidadosamente
33. Un pedido para una obra equilibrada
34. Nuestra responsabilidad individual
35. Dejar que los torrentes de la caridad corran a raudales
36. Recursos específicos para la obra de asistencia social
37. La riqueza de los inconversos
39. Métodos prohibidos de recolectar fondos
40. La influencia de la obra entre los vecinos
42. Galardones presentes y eternos
A. Apéndice — Incidentes personales de Elena G. de White en la obra de asistencia social